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El Japón es un país que se ha caracterizado por costumbres ancestrales, por ambiciones imperiales, por saludos reverenciales, por respeto a los ancianos, por reconstrucciones asombrosas y por particulares celebraciones familiares.

Aki Shimazaki es una escritora nacida en 1954, en la ciudad de Gifu, ubicada en la región de Chubu, conocida como los Alpes japoneses, en el centro de Japón. Es hija de granjeros en una familia compuesta por cuatro hermanos. Cuando tenía 27 años se radicó en Canadá, residiendo sucesivamente en Vancouver, Toronto y actualmente Montreal.

La ciudad de Gifu fue un gran centro industrial, principalmente textil. No obstante, durante la Segunda Guerra Mundial, una fábrica en el centro de la ciudad se dedicaba a hacer partes de aviones, por lo que Gifu fue bombardeaba por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos el 9 de julio de 1945, produciéndose el deceso de casi mil personas, previo a los aviesos bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki dispuestos por el presidente Truman.

Shimazaki, actualmente es traductora y escribe en francés, con una prosa entretenida y fácil de leer, llena de detalles y simbolismos. Ha reconocido a Marguerite Duras, Osamu Dazai y Agota Kristof como escritores de referencia. De ella, se han publicado en español, algunos libros planteados como una pentalogía. Lo hace vinculando a los cinco sentidos, los cinco sabores, los cinco colores, pero también lo que representa el número cinco como referencia de las virtudes para el budismo. Aborda la historia de gran parte del siglo XX de su Japón natal, haciendo foco en las características de la sociedad nipona. 

“El corazón de Yamato” es uno de esos libros. La palabra Yamato tiene varios significados. Por un lado, Yamato era el antiguo nombre de Japón, conocido como el imperio Yamato vinculado con la dinastía de ese nombre. Se dice que el primer emperador Jimmu desciende de esa dinastía, linaje que continúa en el actual emperador del trono del Crisantemo, Naruhito.

También alude a un estilo de pintura japonesa inspirado en las obras de la dinastía Yang. Entre otras acepciones es el nombre de un género de poesía. Refiere también a un ideal de belleza y a un príncipe del clan de ese nombre. Por otra parte, en el siglo pasado, al mayor acorazado de la Armada Imperial japonesa se le dio ese nombre.

El libro de Shimazaki reúne cinco relatos (Mitsuba, Zakuro, Tonbo, Tsukushi y Yamabuki) en los cuales las relaciones humanas, personales, familiares, de pareja, profesionales se vinculan conformando un rompecabezas que, en parte, hace acordar al “Rashomon” de Kurosawa, más en función del enlazamiento que se produce entre las cinco historias.

En Mitsuba (Trébol, en japonés), Shimazaki refiere a la historia de amor de Takashi Aoki, un empleado, agente de comercio bien valorado, que se enamora de Yôku, la recepcionista de la empresa de importaciones y exportaciones Goshima, quien, esperaba la concreción de una boda concertada por sus padres. Ésta, se muestra interesada y condescendiente en la relación, hasta que el dueño de la compañía decide pedirle matrimonio a Yôku y los padres de ésta rompen el compromiso anterior, haciendo casar a Yôku con el hijo del dueño de la compañía. El peso de las tradiciones por encima del individuo; el sometimiento de la mujer y su falta de autonomía y libertad para decidir en su vida; el deber del japonés a su país y a la empresa, son los temas sobre lo que transita esta historia. 

En el resto de las cuatro historias, adquieren relevancia y centralidad algunos de los personajes, que en la primera, tenían un papel secundario, dado que son trabajadores de la misma empresa.

Zakuro, que refiere a granada, la fruta, pero también es un símbolo de la estupidez o de la elegancia madura, es la segunda historia. El protagonista es Toda, el patrón de Takashi. Su padre desapareció cuando fue deportado en Siberia, al final de la Segunda Guerra Mundial, en momentos que estaba trabajando en la colonia japonesa de Manchuria. Los rusos invadieron esa colonia, y en una acción que es poco conocida, hicieron prisioneros a los civiles y militares que vivían en esa colonia. Algunos nunca regresaron al Japón. El misterio del destino del padre de Toda es un elemento clave en esta historia.

Tonbo, la tercera de los relatos del libro, es libélula en japonés. Nobu, el protagonista, también era empleado de la empresa, como lo había sido su padre. Al sufrir marginación de los directivos de la misma, se aparta y termina estableciendo una escuela privada en los alrededores de Tokio a la que denominará Tonbo en recuerdo de su padre, quien amaba a los insectos. Por otra parte, conocer las razones del suicidio de su padre, le clarificará inquietudes que mantenía. 

En Tsukushi la autora se acerca a Yôku, luego de su casamiento con el dueño de la compañía, una vez que da por concluido su romance frustrado con Takashi. La consideración que su nueva familia tiene con ella le permite considerar una vida apacible, manteniendo una relación de respeto con su esposo, del cual se siente enamorada y en quien confía, en virtud de la estima que, siente, él le prodiga. Descubrimientos casuales enfrentan a Yôku a una realidad inesperada y, en parte, humillante.

Yamabuki, el último de los relatos, vuelve a tener como personaje principal a Takashi Aoki. Se terminan integrando todas las historias que transcurren en el siglo XX, en un Japón que estuvo envuelto en una impronta imperial, sufrió una humillante y dramática derrota con más de un millón de muertos y ochocientos mil desaparecidos y acometió una recuperación moral, social y económica en un mundo que no siempre comprendió la idiosincrasia de una tradición milenaria.


Shimazaki logra un libro conmovedor. Se percibe la importancia que para los japoneses tienen las palabras, los ideogramas que, incluso en su conformación interna, pueden derivar significados diversos. Los relatos, en primera persona, contienen una profunda humanidad. Describen la realidad de los distintos momentos de la vida, las ambiciones, angustias, amores, fracasos de una sociedad que se vio conmovida. El tratamiento por parte de la autora recorre la historia del país, la devastación moral y material a la que se vio sometida, incluso referencias a Yukio Mishima, quién más allá del destino trágico que le dio a su vida es una referencia de un Japón imbuido de su espíritu histórico y su apartamiento de Occidente.

Otros libros de esta autora publicados en español son “Azami, el club de Mitsuko”, “Hozuki, la librería de Mitsuko”, y recientemente, “Luna Llena”. Antes, su primera pentalogía había sido, “El quinteto de Nagasaki”.

Shimazaki ha obtenido varios premios, por esos textos como el Premio L´Algue D´Or del 2009 por Mitsuba y el Premio Asia de 2013 de la Asociación de escritores de Lengua Francesa por Yamabuki. Antes, había recibido el Premio Ringuet del 2000 de la Academia de las Letras de Quebec y el Premio literario Canadá-Japón de 2002 del Consejo Canadiense de las Artes.